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Salud

Ansiedad y comida, un círculo vicioso

ansiedad por la comida

ANSIEDAD Y COMIDA, UN CÍRCULO VICIOSO

ansiedad por la comidaLa ansiedad y la salud mental están muy relacionadas con la salud física, una puede dañar a la otra y viceversa.

Tendemos a mirarnos al espejo para asegurarnos, no solo de gustarnos a nosotras mismas, sino de gustarles a los demás, de gustarle a una sociedad que vende un canon de perfección poco realista y demasiado insano.

Ojo no estamos defendiendo la obesidad.

Estamos hablando de sentirse bien con una misma, dentro de un marco de buena salud física.

Sin embargo, hay otras cosas a tener en cuenta, como la salud mental.

Algo que habrás escuchado tantas veces y que, al mismo tiempo es tan desconocido, como la ansiedad, puede provocar un cambio físico.

Si, has escuchado bien.

A veces, la comida es un saciante, un paliativo para la ansiedad y, cuanto más ansiosa estás, más comes, lo cual conlleva un aumento de peso que, a su vez, te produce más ansiedad….

Un círculo vicioso de lo más peligroso.

Hoy queremos hablarte, precisamente de esto, de qué es la ansiedad, de sus causas y de esa derivación tan tóxica que nos lleva a una percepción errónea de nosotras mismas.

Escucha nuestro podcast de hoy, quizá te cale más hondo de lo que esperas.

¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?

ansiedadCasi todo el mundo ha dicho o pensando alguna vez tener ansiedad, pero ¿sabemos realmente qué es la ansiedad?

Lo primero para poder entender qué sucede en nuestro cuerpo y en nuestra mente cuando aparece la ansiedad es, precisamente saber qué  es y qué conlleva sufrirla.

La ansiedad, según medios especializados podría definirse como un monstruo que se alimenta de adrenalina y que, en e fondo, no es más que un mecanismo de defensa ante la percepción de un peligro.

Se podría definir, por tanto, como una emoción que desencadena otras emociones.

Pero ¿Por qué nos afecta tanto y, sobre todo, por qué nos afecta a nivel físico?

Hay algo que no nos cuadra en esta definición, y es que no existe un solo tipo de ansiedad y los síntomas no son los mismos para todo el mundo, aunque sí que existen algunos síntomas generales que pueden coincidir.

Algunos de ellos pueden, simplemente, hacernos estar más alerta frente a situaciones puntuales que nos produzcan cierto miedo o estrés como, por ejemplo, hacer una entrevista de trabajo o hablar en público.

Dentro de lo que cabe, este tipo de ansiedad puede hacemos estar más atentos, siendo más productivos o eficientes al realizar la acción que nos la provoca.

Sin embargo,este trastorno no es bueno en ninguno de sus aspectos, esa misma reacción de autodefensa también puede paralizarnos, lo cual resultaría contraproducente.

TIPOS DE ANSIEDAD

tipos de ansiedadExisten varios tipos de ansiedad, aunque vamos a contarte los más comunes.

Cada uno de ellos se caracteriza por una sintomatologia distinta aunque, en ocasiones, hay síntomas coincidentes entre los distintos tipos.

Lo que siempre te recomendamos y seguiremos recomendándote siempre, es que si crees que sufres algún tipo de trastorno, acudadas a un especialista.

Algunos de estos tipos, de forma resumida, son:

  • Trastorno de ansiedad generalizada, que se caracteriza por una alerta o preocupación constante y que afecta de forma grave a la vida diaria de quien lo sufre.

Para ser diagnosticado, los síntomas deben darse al menos la mitad de     los días durante un periodo de seis meses.

  • Trastorno de pánico, también conocido como «ansiedad estado».

Las personas que la padecen llegan a tener una sensación de muerte e incluso de ahogamiento, pudiendo, llegar a necesitar hospitalización.

Se caracteriza por ataques de pánico inesperados y por un miedo obsesivo por sus consecuencias, llegando a modificar el comportamiento de la persona e incluso haciendo pensar en problemas físicos inexistentes.

  • Trastorno obsesivo-compulsivo o TOC.

Como supondrás, este trastorno se caracteriza por obsesiones, es decir, por ideas, imágenes o pensamientos intrusivos que causan una ansiedad descomunal y hacen que la persona repita compulsivamente rituales o acciones para calmase.

  • Trastorno de estrés postraumático o TEPT.

Aparece tras una situación que provoca un gran estrés psicológico al individuo y que puede llegar a ser incapacitante.

Las pesadillas, el sentimiento de ira, la irritabilidad o el desapego emocional son algunos de los síntomas.

Estas consecuencias harán que la persona modifique su vida para evitar todo aquello que le recuerde a la situación en cuestión.

  • Las fobias también se incluyen en los trastornos ansiosos.

Además de la fobia específica a algo concreto, como un objeto, un insecto…Se incluyen también la agorafobia o la fobia social.

¿QUÉ TIENE QUE VER TODO ESTO CON LA COMIDA?

ansiedad y comidaHasta ahora solo hemos hablado de ansiedad, pero no te hemos contado cómo se relaciona con la comida.

Bien, pues vamos a hacerlo.

A veces, cuando no sabemos gestionar nuestras emociones o nuestros estados ansiosos, aparece lo que se llama hambre emocional.

El hambre emocional es, ni más ni menos, ese momento o estado en el que comes sin tener hambre de verdad.

No es comer por placer, sino porque sientes que necesitas hacerlo, simplemente para calmarte o sentirte mejor.

El hambre emocional es realmente un tipo de trastorno alimentario que hay que resolver.

,Evidentemente, por las consecuencias físicas y para la salud, pero también por su relación con un conflicto emocional latente.

CARACTERÍSTICAS DEL HAMBRE EMOCIONAL

hambre emocionalSeguramente, alguna vez te has dado cuenta de que estás comiendo más por ansiedad o porque te lo pide el cuerpo, pero sin hambre.

Pues precisamente eso es el hambre emocional.

Este comer ansioso se suele caracterizar por tres cosas:

  • La necesidad de comer de forma impulsiva y descontrolada.

Puedes ser consciente de que estás comiendo de forma irracional, aunque no sepas el motivo de esa ansia por la comida.

  • El sentimiento de mejora tras haber comido.

Sin embargo, esto no sucede siempre y, en eso casos, aparecen sentimientos desagradables.

Después del atracón llegan la tristeza, la decepción

Vaya, que, en lugar de sentirte mejor, tu estado empeora.

  • El sentimiento de culpa.

Sentirse culpable en estos casos es más que normal.

Primero al no quedar satisfecha después de comer, como te acabamos de contar y, en muchos casos cuando te miras en el espejo.

Cuando ves que estás engordando demasiado, que no te reconoces, pero no puedes controlar los ataques de hambre, llega una sensación horrorosa.

La sensacón de que, quien se refleja en el espejo, no eres tú.

CÓMO COMBATIR EL HAMBRE EMOCIONAL

Siempre, siempre, te recomendaremos acudir a un profesional.

En estos casos no hay trucos de mágia que eliminen el hambre, pero lo que si hay son algunos trucos para intentar controlarla.

Ojo, nadie ha dicho que sea fácil.

Son ataques potentes y difíciles de combatir, pero puedes hacer algunas cosas para minimizarlos.

Eso si, lo primero, es fuerza de voluntad.

Te decimos esto, porque el consejo más utilizado en estos casos es la planificación de las comidas.

Puedes planificar el menú completo para toda la semana y, echándole coraje y fuerza, no saltártelo por mucho que aprieten las ganas.

En caso de que te pueda el arrebato, olvídate de dulces y demás guarradas.

Si te da un ataque de hambre, el cuerpo te va a pedir azúcar y es importante no dárselo.

Si la fruta no te convence, siempre tienes la opción de tomar yogures, por ejemplo.

Estos alimentos también te resultarán útiles para preparar tu menú semanal.

Más que nada porque son saciantes y, además, le darán a tu mente la sensación de estar bien alimentada y, sobre todo, de tener el estómago lleno, con lo que será más fácil evitar la necesidad de comer.

Cuidado, no te estamos diciendo que te pongas a dieta.

Si tu cuerpo entra en cetosis, las ganas de comer se agudizarán, con lo cual, lo que debes plantearte es una dieta saciante, pero equilibrada, que cubra tus necesidades calóricas.

Tampoco es cuestión de pasar hambre real.

El deporte siempre es recomendable, pero, en estos casos, lo es aún más.

Practicar ejercicio físico reduce la ansiedad y te deja una sensación de plenitud y de estar haciendo las cosas bien que es muy agradable.

Además de ayudarte con la ansiedad, puede reducir los ataques de hambre.

CUANDO NO TE RECONOCES EN EL ESPEJO

Sé que, a veces, todo esto puede hacerte sentir que no eres la persona que eras, que no estás agusto con tu cuerpo o que estás lejos de lo que quieres ser.

A veces. puedes mirarte al espejo y tener la sesación de que estás viendo a otra persona que está muy lejos de lo que eras hace nada.

En ese caso, un consejo: no te obsesiones.

Es fácil decirlo, pero la obsesión por el físico puede convertir un problema controlable en uno mucho mayor.

Si estás sana físicamente, intenta dejarlo en un segundo plano y, una vez que soluciones el problema de base, el que te está causando las ganas de comer sin control, entonces podrás solucionar el de tu imagen.

Apuesta, lo primero, por tu salud.

Unos kilos de más no deben ser motivo de obsesión.

Sé feliz como eres y no te olvides de que lo primero es estar bien y, una vez que lo estés, te sentirás mejor en el resto de los aspectos.

Un consejo más: Manda a la mierda los estereotipos sociales.

Nadie debe decirte quién eres o cómo debes ser. Sé tú y quiérete. Nosotras ya lo hacemos.

Como siempre, gracias por estar ahí.

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